Entre templos y tradición: Una visita Inolvidable a Muros y Noia

 



El pasado 29 de noviembre, nuestra comunidad parroquial de A Merced de Conxo se embarcó en un viaje cultural y de fe bajo el lema "Entre templos y tradición". Fue un día maravilloso de descubrimiento, compañerismo y de disfrutar del rico patrimonio que atesoran Muros y Noia.


Muros: Descubriendo la antigua Colegiata y su tesoro


La mañana comenzó en Muros, donde pudimos sumergirnos en la historia de la Iglesia Parroquial de San Pedro (antigua Colegiata de Santa María do Campo).


Tuvimos el placer de contar con la guía experta de Montse, de la Asociación Auga e Sal, quien nos desveló los secretos y la profunda relación que esta villa marinera mantiene con su arte, su religión y sus tradiciones. Además, visitamos su interesante espacio expositivo, donde pudimos admirar de cerca el patrimonio que promueven entre los visitantes.



Tras esta intensa visita cultural, tocaba hacer un alto en el camino. Disfrutamos de una agradable comida en el Restaurante A Dársena en Muros, donde las conversaciones y el buen humor fueron los mejores acompañantes.


Noia: Un paseo por la historia y las laudas gremiales


Por la tarde, pusimos rumbo a la hermosa villa de Noia, conocida por su historia y sus templos:


Nuestra primera parada fue la Iglesia de Santa María a Nova. Aquí, realizamos una fascinante visita al anexo Museo de las Laudas Gremiales, guiados por Concha, la técnica de Cultura del Concello. Fue una oportunidad única para conocer su necrópolis y sus singulares tumbas medievales. Además, fuimos recibidos por su Párroco, Jose Ortoño, quien nos brindó su bienvenida y atención.


Para terminar la jornada, visitamos la impresionante Iglesia de San Martiño, poniendo el broche de oro a este día de tradición y arquitectura.

Fue, sin duda, una experiencia de enriquecimiento cultural y espiritual que refuerza los lazos de nuestra comunidad. Desde la parroquia A Merced de Conxo, queremos agradecer a todos los participantes y a los guías que hicieron posible esta jornada.


¿Próxima parada? 


Estad atentos a nuestras redes y al blog para no perder las siguientes actividades que estamos preparando.


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Culmina con éxito el concierto solidario en Nuestra Señora de la Merced de Conxo ¡Gracias por Vuestra Generosidad!

 




El objetivo era conseguir donaciones para la tan necesaria restauración de la Iglesia y, gracias a la solidad de vecinos, feligreses y otros colaboradores, se superaron los 2.200€ de recaudación que se destinarán a los diferentes arreglos en la estructura del templo.


Santiago de Compostela, 7 de diciembre.- La Iglesia de Nuestra Señora de la Merced de Conxo vivió una noche inolvidable de música y compromiso. En la tarde de ayer, sábado, nuestro templo parroquial se llenó de solidaridad y entusiasmo para celebrar el Concierto Solidario a beneficio de las obras de restauración.

El evento, que comenzó a las 19:30 h, tuvo una gran acogida y contó con la presencia de numerosos feligreses, familias y aficionados a la música de todas las edades, unidos por la causa común de conservar nuestro patrimonio. Fue una noche profundamente emotiva, donde el público disfrutó de la calidad artística y del fuerte sentimiento de comunidad.


Tres magníficas corales y un propósito común

El concierto contó con la intervención de tres prestigiosas agrupaciones, que ofrecieron un repertorio variado que emocionó a los asistentes.


- Coro de Habaneras da Rocha Forte: Inauguró la velada con un repertorio muy aplaudido que incluyó hermosas habaneras y piezas tradicionales gallegas tan queridas como "Negra Sombra" y "Yo quiero ser marinero", acompañados por su director a la guitarra.


- Coral Polifónica de Luou (Teo): Aportó su gran trayectoria y prestigio con una brillante actuación, en la que destacaron interpretaciones populares como "Alalá das Mariñas" o "Esta tierra".


- Coro Crecente de Voces Graves: Compuesto por magníficas voces masculinas agrupadas en cuatro cuerdas, se encargó de cerrar el concierto con un repertorio espectacular que incluyó "Alá pola noite", "Noite de Paz" o "O Cantar que a Vierxe Canta".




¡Un Logro de Todos!


Gracias a la generosidad de los asistentes y colaboradores, la recaudación total de este Concierto Solidario asciende a 2.256,26 euros. Desde lo más profundo de nuestro corazón, queremos extender nuestro más sincero agradecimiento a todas las personas que colaboraron ayer: a los asistentes que llenaron la iglesia, a las corales por su arte y compromiso, a la Diputación de A Coruña por el patrocinio, al Coro Crecente por la organización impecable y a los voluntarios que trabajaron para que el evento fuera posible. 


Vuestros donativos irán íntegramente a beneficio de las obras de restauración de la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced de Conxo.


¡Gracias por llenar nuestra iglesia de música, solidaridad y esperanza!

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Concierto Solidario: Música para restaurar el alma y el patrimonio de nuestro templo



Queridos feligreses y amigos de la Parroquia: 

Con mucha alegría os invitamos a reservar una fecha muy especial en vuestros calendarios. El próximo sábado 6 de diciembre, nuestra iglesia acogerá un gran Concierto Solidario con el objetivo de recaudar fondos para ayudar en las obras de restauración de la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced de Conxo. 

Es una oportunidad preciosa para disfrutar de la buena música y, al mismo tiempo, de colaborar en la conservación de nuestro templo. 

¿Quiénes actuarán? 


Contaremos con la intervención de tres maravillosas agrupaciones: Coro de Habaneras da Rocha Forte,  Coral Polifónica de Luou (Teo) y Coro Crecente de voces graves.

¡No te lo pierdas! 

📅 Fecha: Sábado, 6 de diciembre de 2025. 
🕢 Hora: 19:30 h. 
📍 Lugar: Iglesia de Nuestra Señora de la Merced de Conxo.
🎟️ Entrada: Libre hasta completar aforo. 

¿Cómo colaborar si no puedes asistir? 

Si no puedes acompañarnos ese día pero deseas aportar tu granito de arena para las obras, hemos habilitado una "Fila Cero" para donativos: 

  • Bizum (código de donativo): 13187 
  • Cuenta Bancaria: ES67 2080 0374 7130 4000 6447 

Concierto organizado por el Coro Crecente y con el patrocinio de la Diputación de A Coruña. 

¡Os animamos a todos a asistir para llenar nuestra iglesia de música y solidaridad!









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Descubrimos el lado más humano de Fray Tomás: "La vida es un regalo y es darse a los demás"

 



Le hemos visto en el altar, hemos recibido su saludo cercano y hemos escuchado el eco de su trabajo misionero. Pero, ¿Quién es el hombre que ha asumido la guía de nuestra parroquia? Hoy, Fray Tomás, aparca por un momento sus responsabilidades para compartir con nosotros su lado más personal, sus pasiones y los retos que asume en Santa María de la Merced.


Ya has tenido la bienvenida oficial en la iglesia, pero ¿Cómo has empezado a tomarle el pulso real a Conxo?

Ya he podido caminar el barrio y conocer un poquito más a los vecinos, el centro sociocultural, el psiquiátrico, la panadería, la tapicería, es decir, los lugares que conforman nuestra comunidad. Desde la misma plaza, que al final es un lugar de encuentro también con todos los vecinos.


Vienes de una labor misionera intensísima de 18 años en la República Dominicana. ¿Cómo te sientes al volver a la vida parroquial en una ciudad histórica como Santiago?

Me siento agradecido y feliz, porque veo muchas oportunidades. Y veo que todo lo que he ido viviendo, recibiendo desde la fe, desde esta experiencia misionera, puede acercarnos más a Jesús. Estar más cerca de la gente, la hospitalidad, la alegría, la proximidad. Creo que es un valor que el pueblo dominicano me ha regalado y que espero poderlo también regalar, compartir y contagiar aquí con nuestros vecinos.


Ahora nos gustaría conocer al Tomás que hay detrás de Fray Tomás. Te proponemos unas preguntas rápidas para acercarnos a tu lado más personal. ¿Cuál es la cualidad que más admiras en una persona?

Por un lado, la paciencia y, por otro, la coherencia. Esa coherencia de palabra y de hechos, que también es una armonía entre lo que se dice o decimos y lo que hacemos.


¿Y el defecto que menos soportas?

Bueno, hay un defecto que yo repetía mucho a los jóvenes en República Dominicana contra el que yo lucho cada día también, que es la mediocridad. Es decir, que con nuestra vida, con nuestra presencia, dar siempre lo mejor, no quedarnos en mínimos. Por eso siempre me gusta mucho esa frase de Eduardo Galeano "¿Para qué sirve la utopía?”, pues para caminar. Y creo que siempre tenemos que tener horizontes muy amplios y muy altos.


¿Nos puedes comentar un placer terrenal que te guste o que disfrutes especialmente?

Me gusta mucho la paella. Y luego, la música. La balada, por ejemplo, me gusta mucho porque me conecta con la esencia, y aunque esa música no hable directamente de Dios, en el fondo está ahí. Y luego biografías, porque siempre es una manera de compartir sueños, anhelos, inquietudes.


¿Una cualidad que se te dé bien y que no conozcamos?

Algo que me encanta y que también he aprendido con la vida allí, en República Dominicana, es conectar a las personas. Mis amigos son tus amigos, y eso es una enorme riqueza. Cuando la gente que vas conociendo, que es luz para ti, pues no te la quedas para ti mismo, sino que dices, pues esta persona puede conocer a esta otra y puede hacerle mucho bien. Yo creo que el conocer gente y conectarla. Otra cosa que quizás no conocéis de mí es que me gustan mucho las plantas. Pero eso, fíjate, es algo que diría que es casi hasta terapéutico. Porque yo digo, de una ramita que pueda nacer una flor, y además una flor no para ella misma, sino para otros... pues eso me conecta y me enseña que la vida es eso, es un regalo y es darse a los demás.


Si no fueras fraile mercedario, ¿Qué oficio tendrías?

Fíjate, siempre, antes de dar el paso para conocer a los mercedarios, yo quería ser misionero. Es decir, lo de sacerdote y lo de mercedario fue, y lo digo así, accidental. Mi inquietud era cómo podía ayudar a otros. Lo que no sabía entonces es que, al ayudarlos, en realidad me estaba ayudando a mí mismo. Esta experiencia me ha hecho mejor persona y me ha permitido encontrar la verdadera alegría y mi propósito de vida.


                                            

¿Cuál es tu mayor esperanza?

Que podamos construir una comunidad. Ahora aquí en Conxo y donde estemos. Es decir, que aprendamos con la mirada de la fe a descubrir la bondad y la luz que hay en cada ser humano y cómo, si nos unimos, la reconocemos y la compartimos, pues esa fuerza transformadora cambiará muchas soledades y muchas situaciones de desigualdad, de pobreza y de tristeza entre nosotros.


¿Cuál es tu mayor temor?

Que nos aislemos los unos a los otros. Que nos separemos, que nos distanciemos, que no descubramos esa riqueza que es la otra persona para nosotros; que nos quedemos en el "yo" y no demos el paso al "tú" y, después, al "nosotros".


¿Un libro que no sea la Biblia, y una película que te haya marcado profundamente?

Bueno, hay un librito muy pequeño que me marcó últimamente: El hombre que plantaba árboles. Cuenta cómo este hombre consigue transformar una situación de pérdida en una ganancia para la comunidad. Una película que me ha gustado mucho es El festín de Babette, que habla de la fraternidad y de cómo una comida puede cambiar la vida de fe de un grupo de personas.


¿Un personaje histórico con el que te irías a comer?

Hombre, pues Jesús. Creo que... con Jesús yo me iría a comer, sí, sí. Y con sus amigos.


¿Cuál consideras que es tu principal virtud?

Yo creo que una de las virtudes que tengo sería la cercanía. El no tener miedo ni reparo a acercarme a los demás y decir: "Aquí estoy, soy Tomás", y ahí empezar una relación de amistad de la que surgen tantas cosas bonitas, como las que he vivido hasta ahora.


¿Y qué don te gustaría tener que no poseas?

Sin duda, el de la música. Me encantaría tener más talento en este sentido porque la música, si es desde el alma, como la fe, trasciende y nos ayuda a trascender a todos.


¿Nos puedes definir qué es para ti la felicidad perfecta?

Para mí la felicidad perfecta es compartir lo que soy y lo que tengo junto a otros, aunque no te puedan responder como tú quieres. Es compartir de corazón a corazón, con lo que somos y a veces con lo poco que se tiene, pero yo creo que ahí está la verdadera alegría.


¿Cuál crees que es el peor aliado de la felicidad?

Creo que el egoísmo, porque te aísla y te encierra en una dinámica que al final te deja vacío, triste, solo. Desgraciadamente, hoy es más común de lo que parece entre nosotros.


¿Tu lema de vida en una frase?

Mi lema de vida, el que me ha ido acompañando en estos años de misionero con los niños limpiabotas en República Dominicana, es: "compartir es ser feliz".


Estás hablando mucho de compartir, de conectar personas... pero ¿en algún momento te sientes solo? ¿Y cómo enfrentas esa soledad cuando te retiras por la noche a tu cuarto?

Me apoyo siempre en la fe, que para mí es como esa lucecita que está ahí siempre. Esta fe se nutre también de la Eucaristía, que tengo el privilegio de poder celebrar todos los días.

Además, me sostengo en todas las personas que van siendo luz para mí y me ayudan a recargar la fe y la vida, por eso intento buscar siempre esos momentos y su compañía. Y también encuentro apoyo en lugares privilegiados como el banquete de Conxo, que es un bosque precioso y por el que me encantaría pasear más. La naturaleza me reaviva, me reconecta y, sobre todo, me ayuda a que los problemas se vayan acallando y a que la vida y la esperanza vuelvan a resurgir.


Has mencionado que tu vocación se basa en la "diosidencia". Viendo tu trayectoria y tu forma de ser, ¿Qué "diosidencia" crees que te ha traído a Conxo en este momento en concreto?

Yo creo que ha sido la "diosidencia" de la fe, de lo espiritual y de la comunidad. Pero sobre todo de la gente. Es decir, si yo hoy estoy aquí, primero ha sido Dios; luego, mi congregación, que ha visto que aquí podemos hacer un camino, un proyecto; pero sobre todo la buena gente que me he ido encontrando y que están dando lo mejor para pasar del "yo" al "tú" y al "nosotros". Es decir, la "diosidencia" es la gente, es lo que te va configurando, junto con el Evangelio.


Toda parroquia tiene sus retos, quizá la soledad de los mayores, atraer a los jóvenes o el mantenimiento del patrimonio. ¿Cuál es el primer desafío que te gustaría abordar en la parroquia?

Acercarnos a la gente. Estar más en la calle, en la plaza, y también tener nuestra iglesia más abierta. Prefiero que nos roben porque tenemos la iglesia abierta, a que esté encerrada en sí misma.


Comentabas al principio que estás conectando mucho con la gente, con el barrio. ¿Te gustaría mandarles un mensaje?

Que miremos hacia adelante para llegar a ser la comunidad que estamos llamados a ser. Que veamos las oportunidades que tenemos entre nosotros para crecer y no pensemos tanto en las dificultades, que siempre las va a haber. Con la fe y con esa mirada, esos lentes nuevos, se pueden ver las cosas de otra manera.

 

Si pudieras enviar un mensaje a ese vecino o vecina de Conxo que quizás hace tiempo que no se acerca a la iglesia, ¿Qué le dirías?

Pues le diría lo que dice Jesús: "ven y verás". O que nos invite a acercarnos a su casa, a compartir un cafecito, a conversar y, sobre todo, también a agradecer que la vida y Dios nos ha puesto ahí para hacer camino juntos.


¿Qué te gustaría que dijeran de la parroquia dentro de tres o cuatro años, cuando hayas podido avanzar con la labor que te ha traído hasta aquí?

Que es una comunidad viva, comprometida y solidaria. Una comunidad sin fronteras, que no se limita al barrio, sino que está presente allá donde esté cualquiera de sus miembros. Gente que pone alma y corazón en todo lo que hace.


Y como persona, ¿Cómo te gustaría ser recordado el día de mañana?

Pues mira, yo tengo ahí algo que me ha ido acompañando de Jesús y es: "pasó haciendo el bien". Me gustaría que me recordaran así, como una persona que pasó por la vida haciendo el bien, sabiendo que hay tropiezos, pero, sobre todo, que lo que quiso fue hacer el bien. Y un bien amplio, es decir, hacer todo el bien que se pueda, aquí en la comunidad y donde Dios me ponga.


Fotografías: María Jimena Sodorini

Entrevista: Julia Tábora

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Damos la bienvenida a nuestro nuevo párroco, Fray Tomás García



Con la alegría de un espíritu misionero forjado durante 18 años en el Caribe, Fray Tomás asume la guía de Santa María da Mercé de Conxo.


El pasado miércoles, 24 de septiembre, vivimos una jornada de especial intensidad y esperanza en nuestra parroquia de Santa María da Mercé de Conxo. A las siete de la tarde, nuestro templo se llenó de fieles, religiosos y amigos para participar en la Eucaristía solemne que marcaba el inicio de una nueva etapa: la toma de posesión de Fray Tomás García como nuestro nuevo párroco.


La ceremonia, presidida por el arzobispo de Santiago, Monseñor Francisco José Prieto Fernández, fue un gesto de profunda comunión.


Un relevo cargado de simbolismo


La Misa de bienvenida trascendió el protocolo. Como es tradición, Fray Tomás recibió los signos que sellan su nueva misión pastoral: el arzobispo le entregó las llaves de la iglesia, invitándole a "abrir la casa de Dios para todos"; el sonido de las campanas anunció su llegada; y, con solemnidad, ocupó la sede presidencial, símbolo de su servicio como pastor y guía de nuestra comunidad.


Un momento especialmente emotivo fue la presencia de la Comunidad Dominicana en Santiago, que quiso acompañarle y entregó dos lienzos de la Virgen de la Altagracia (patrona de la República Dominicana), como símbolo de gratitud por su labor en aquel país.


¿Quién es Fray Tomás? Un sacerdote de acción


Para conocer a nuestro nuevo párroco, es esencial mirar su trayectoria. Fray Tomás García Martín Moreno (Fuente el Fresno, Ciudad Real), de 46 años, es un religioso mercedario. Esto es especialmente significativo, ya que nuestra parroquia está dedicada, precisamente, a la Mercé.

Su perfil no es el de un sacerdote de despacho; es un "sacerdote de acciones". Durante 18 años, fue misionero en la República Dominicana. Allí, entre otras muchas labores, puso en marcha un proyecto vital con la Fundación La Mercé que logró cambiar la vida de más de 1.200 niños limpiabotas y sus familias.


Ese espíritu misionero, que sintió desde los 13 años, es el que trae ahora a Conxo.


Cómo afronta la gestión: Alegría, acogida y cercanía


Quienes ya han asistido a sus primeras misas habrán notado un cambio de estilo. Fray Tomás entiende la vida parroquial desde la alegría, la acogida y la entrega a los que más lo necesitan.


Él mismo ha compartido que su vocación se basa en la "diosidencia" (la certeza de que Dios está detrás de lo que pasa) y en la cercanía. De hecho, ha implantado dos novedades visibles:


  1. Ha recuperado la figura de los monaguillos en el altar.
  2. Ha cambiado la forma de dar la paz: baja del altar y saluda personalmente, a menudo con abrazos, a los asistentes.

Como él mismo ha expresado en medios, "dar abrazos me recarga". Es un gesto que busca romper la soledad y construir comunidad de una forma más humana y directa.


En su homilía de bienvenida, el arzobispo nos invitó a todos los feligreses a ser "piedras vivas" para construir juntos la comunidad. Desde la parroquia, recogemos ese guante y le damos a Fray Tomás la más calurosa de las bienvenidas. Estamos seguros de que su energía y su espíritu de acción abrirán una etapa ilusionante para Conxo.


¡Bienvenido a casa, Fray Tomás!

 


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Día 06 de mayo, festividad de San Pedro Nolasco.


La fiesta de San Pedro Nolasco, fundador de la Orden de la Merced, se celebra el 6 de mayoAunque en algunos calendarios antiguos puede aparecer el 29 de Enero, la fecha oficial de su fiesta es el 6 de mayo, día de su fallecimiento en Barcelona, en 1245. 

El significado de la fiesta:
  • San Pedro Nolasco fue un santo español que fundó la Orden de la Merced, cuya misión principal era la redención de cautivos cristianos. 
  • La fiesta de San Pedro Nolasco es una celebración para recordar su legado de servicio, misericordia y la defensa de los derechos de los cautivos. 
  • La orden de la Merced ha continuado la misión de San Pedro Nolasco, trabajando para liberar a los cautivos y defender la dignidad humana. 
Celebraciones:
  • En la Orden de la Merced y en las comunidades que comparten su espíritu, se celebra la fiesta con misas, reflexiones, y la oración por la liberación de todos los cautivos. 
  • Se recuerda su vida y obra, y se invita a los fieles a seguir su ejemplo de servicio a los demás. 
  • La fiesta de San Pedro Nolasco es una oportunidad para renovar el compromiso con la justicia social y la defensa de los derechos humanos. 
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Homilía de Monseñor Julián Barrio, Arzobispo Emérito de Santiago al Cristo de la Paciencia


En este Domingo clausuramos la Octava de Pascua. Es el Domingo in Albis en el que los catecúmenos bautizados en la Vigilia Pascual dejaban la túnica blanca con que habían estado vestidos toda la semana. Es el Domingo de la Misericordia instaurado por el papa san Juan Pablo II invitándonos a mirar a los demás con los ojos del corazón, con misericordia. Para nosotros es también el Domingo del Cristo de la Paciencia. 

El Año Santo nos llama a fortalecer la fe, a avivar la esperanza y a vivir la caridad personal y socialmente. Se nos dice que el cristianismo es realidad de vida en Cristo que configura nuestra identidad cristiana. Agobiados por preocupaciones y fascinados por eslóganes publicitarios, no encontramos tiempo para preguntarnos sobre lo importante en nuestra vida. Esto no hace recordar lo significativo de la espera calmada, de la actitud contemplativa, de esperar por algo que está por llegar. Hoy en día lo exigimos todo “aquí y ahora”. Hemos perdido la paciencia y olvidado que hay tareas que necesitan su tiempo. El tiempo no arregla las cosas pero a veces se necesita tiempo para arreglarlas. Exigimos inmediatez, nos repelen los atascos que nos hacen perder el tiempo, y nos molestan las salas de espera repletas. Estamos condicionados por lo urgente. Es necesaria la virtud de la paciencia, disfrutar del momento y dejar a un lado las prisas y los agobios, sin pantallas, sin relojes, sin horario. Necesitamos ese momento en que el tiempo da la impresión de que se para y de que la creación habla. El sostén de nuestra paciencia es la esperanza en el premio futuro”. La paciencia se educa, se aprende, hasta se disfruta. Somos impacientes. Es necesaria la reflexión que procede de un trasfondo religioso y que recoge siglos de experiencia y de sabiduría. Llenar nuestro vacío con lo inútil, arrancando las raíces de nuestro origen, es una pretensión vana que dificulta construir la ciudad de Dios no anestesiando los hechos que molestan y borrándolos de nuestra mente. La historia del siglo XX y de estas décadas del siglo XXI nos lleva a preguntarnos: ¿Qué mundo es el nuestro para que tantas y tan hermosas cualidades se pierdan en él y el mal vaya desplazando el bien? El hombre en nuestros días se considera un náufrago en una isla desconocida, sin más apoyo que su problemático yo y a merced de la nada, pero el amor de Dios arrastra al océano de la verdad y del bien que dan sentido a la existencia. “La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad” (EG 10). Esto fortalece la esperanza de una renovación ética, moral y espiritual. “Quien no conoce a Dios, aunque tenga múltiples esperanzas, en el fondo está sin la gran esperanza que sostiene toda la vida”. Somos imagen de Dios, “aun cuando esté quebrada por el pecado y con ella rota la brújula para buscar la verdad, discernir y realizar el bien, y admirar la belleza”

La Paciencia siempre va unida a la esperanza. Es la pequeña hija de la esperanza, el gran don pascual. Es confiar en Dios en todas las circunstancias, también en la adversidad. Decía santa Teresa de Ávila: “Nada te turbe, nada te espante. Todo se pasa. Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta”. Pablo nos dejó escrito: “Nos gloriamos incluso en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia, la paciencia virtud probada, la virtud probada esperanza y la esperanza no defrauda porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rom 5,3-5). La Paciencia es una virtud que impide sucumbir a las dificultades y a las tristezas. Cuando el pesimismo nos deja sin horizonte y nos ausentamos de nuestras responsabilidades, hay que recordar que creemos “sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús, también con Jesús nos resucitará”. Como los apóstoles hemos de proclamar la Resurrección del Señor, que libera nuestro espíritu de la asfixia de la pura impaciencia. “Obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hech 5,29) es el fundamento de nuestra Paciencia “que nace del que se atreve, piensa y trabaja, no del que esquiva decisiones. La gloria de cada hombre y el destino de un país dependen del coraje de aquellos hombres y mujeres que desterrando la tristeza y cultivando la alegría se olvidan de sí mismos para pensar en el otro, en los otros y en Dios” (O. de Cardedal). En el espesor de la historia la revelación cristiana se ofrece como palabra de verdad y de salvación no olvidando la cruz de Cristo. Permitamos que por las grietas de nuestra condición humana entre la luz que viene de lo alto. Olvidar la dimensión trascendente dificulta salir de las indefiniciones y asumir las “consecuencias decisivas para el desarrollo de la persona humana y para la configuración de la sociedad en la verdad, el bien y la plenitud de felicidad y vida, más acá y más allá de la muerte”. 

La perspectiva cristiana nos lleva a mirar a la eternidad. Los cristianos hemos de afrontar los retos de la historia con la plenitud del amor, la fecundidad de la cruz y el espíritu de las Bienaventuranzas, viviendo la fe sin complejos ni disfraces, en escucha y en diálogo, facilitando la concordia, acercando distancias, igualando diferencias, suprimiendo desigualdades, erradicando injusticias, sembrando la paz en la normalidad de la vida orientada a Dios, y superando tanta indiferencia. Lo que cambia el mundo es la presencia de Dios. La cultura cristiana es una contracultura en esta sociedad compleja, mareante y contradictoria. Es necesario crear puntos luminosos de humanidad nueva con aquella forma originaria de vida que Jesús nos trajo. El que quiera ser grande entre vosotros que sea vuestro servidor” (Mt 20,26) y “el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo”. Seamos pacientes. Nuestro mañana reflejará la esperanza de hoy. 




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